La imagen latente de Antofagasta, la fotografía y Jorge García Caballero

Claudio Galeno Ibaceta
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La fotografía es parte ineludible de la cultura visual de Antofagasta. En plena Revolución Industrial, el registro óptico mecánico y científico arribó junto con los barcos a vapor, las condensadoras de agua, el ferrocarril, el telégrafo, las grúas, los andariveles y los viaductos.Los fotógrafos circulaban por estos parajes junto con los primeros exploradores y naturalistas.

El plano de Antofagasta de 1873 muestra los 41 sitios más importantes de la incipiente ciudad, entre ellos una casa fotográfica, lo que evidencia su presencia cotidiana desde los orígenes.Por otro lado, la imagen industrial de Antofagasta durante la Guerra del Pacífico fue registrada por las vistas tomadas en 1880 por el fotógrafo estadounidense Eduardo Clifford Spencer.

Hacia el cambio del siglo XIX al XX, Antofagasta se modernizaba y consolidaba gracias al ímpetu minero, atrayendo un número cada vez mayor de fotógrafos. Por ejemplo, en torno a 1893 estuvieron los Hermanos Lassen; desde 1900 estuvo José Jechan y los hermanos Rodolfo y Alberto Boock (que anunciaban y colaboraban con La Revista Ilustrada); desde 1903 Gregorio Pardo y los hermanos Boveck; en torno a 1907 Illes Stephan; y en 1909 Gumercindo Gutiérrez.

El listado sigue evolucionando a lo largo del siglo XX, entre ellos destacaría la primera fotógrafa profesional en la ciudad, la profesora alemana de apellido Schreiber en torno a 1922 y 1923 (publicó sus fotos en Landeskunde von Chile, publicado en 1923 en Hamburgo); los registros que hizo Roberto Gertsmannen sus viajes desde 1925; las tradicionales fotos de estudio de Tomás Barahona a partir de mediados de los treinta; y por supuesto muchísimas casas fotográficas y editores de postales, entre ellas la Casa Hans Frey a partir de 1922.

Uno de los fotógrafos que retrató la vida de Antofagasta de los inicios del siglo XX fue Jorge García Caballero. El investigador Hernán Rodríguez, entrega algunos datos del fotógrafo. Fue corresponsal de la revista Zig-Zag desde alrededor de 1910. Sus estudios fueron: “Fotografía García”, activa en 1919 en calle Matta 521 (numeración antigua de las calles); el “Instituto Fotográfico” vigente en 1924 y por lo menos hasta 1930 en calle Condell 882. Además de Zig-Zag, fue fotógrafo del semanarioLa Ilustración de Antofagasta (donde trabajaba con los fotógrafos José Jechan, Carlos Klippgen y Octaviano Díaz)y Sucesos. Ofrecía equipos completos (cámaras, placas y películas) para los interesados en la fotografía, además de todo tipo de trabajos en su propio taller o a domicilio.

En el trabajo de García Caballero destacan las fotos de sociales de todo tipo de eventos (una parte de ellas en los archivos del Museo Regional), lo que coincide con su trabajo de corresponsal de magazines, en la cual se puede apreciar los rostros y estética de la sociedad antofagastina, desde la Belle Époque de los salones del Autoclub, a los eventos deportivos del Sporting Club o las actividades de la colectividad obrera.

Las primeras fotografías aéreas urbanas fueron tomadas en noviembre de 1930 por García Caballero y Alberto Inselmann, ambos reporteros gráficos del El Mercurio, quienes sobrevolaron la ciudad a bordo de un avión de la Línea Aérea Nacional (que había iniciado vuelos domésticos en 1929), imágenes que fueron ampliamente difundidas en la prensa, en vitrinas comerciales y en postales. La Guía del Turista de la región de Antofagasta, publicada para la Segunda Semana Antofagastina, en 1937, fue profusamente ilustrada con imágenes de los principales fotógrafos activos en esos años: García Caballero, Tomás Barahona y Alberto Mota Picó.

La fotografía, como industria o pasatiempo, ha sido la imagen latente de Antofagasta, la cual permite comprender la complejidad social y tecnológica de sus orígenes e historia.

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