La educación que queremos

Fernando Zúñiga Varas
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Pasar de una educación dura y tradicional a un acto reflexivo cargado de significancia, es un proceso que nos desafía a diario.

Hoy el Museo Ruinas de Huanchaca con su área de educación y comunidad, busca educar y construir sujetos informados, sensibles con su pasado, presente y futuro, construyendo actores críticos y reflexivos quienes puedan poner en valor tanto el patrimonio regional, como dar paso a nuevas expresiones patrimoniales que resguarden nuestra cultura y acervo regional.

En esta misión, la estrategia, es dar una vuelta a los modelos de educación formal, en los cuales se establece un emisor y un receptor, siendo este último un actor pasivo privado de la participación y construcción de contenido. Bajo este escenario, es que como museo nos hemos propuesto, que el traspaso de contenido debe de ser el punto crucial entre nuestros visitantes y la salvaguarda patrimonial.

Los contenidos y la adquisición de estos, deben de ser un acto significante mediante el cual las personas puedan participar y por sobre todo experienciar el contenido ofrecido. No es sólo la forma en cómo el sujeto adquiere conocimiento y es educado, sino como este se siente y construye libremente parte de su educación, de este modo el visitante podrá contrastar dos modelos: por un lado el mínimo contenido formal que se espera que estos conozcan y por otro una serie de actos experenciales de refuerzos, que invitan a las personas a ser ellos actores y autores de su visita.

El apostar a un modelo significativo mediante el cual se eduque a la comunidad, es una acción que nos llena de alegría y satisfacción, creemos que una sociedad interiorizada y relacionada con su historia, identidad y cultura, es consciente y despierta, capaz de generar cambios y transformaciones cargadas de espíritu y por sobre todo, actores de la salvaguarda patrimonial.

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