Buscando el vino perfecto…, ¿dónde?

Danitza Rojas Senoceaín
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A los amantes del vino que disfrutan degustar distintas botellas, aceptando hidalgamente aciertos y decepciones, les es favorable siempre contar con compañeros de ruta que permitan comentar y ser parte de la infinita aventura que es la búsqueda de buenos mostos.
Las instancias pueden ser hogareñas o participar de las pocas ferias que se realizan en la ciudad. Hace un par de semanas asistí a la “Fiesta del Vino”, que organizó Vinos de Chile en las Ruinas de Huanchaca, a un valor bastante asequible. El lugar, agradable, aún cuando la falta de luz impedía ver las etiquetas que nos da el primer impulso a solicitar la degustación elegida.
Las viñas invitadas eran las que ya acostumbramos por acá, muchas de ellas sin novedades respecto a instancias anteriores, pero buscando bien siempre hay sorpresas. El público en parte vergonzoso (sobre todo en los stands de quesos y chocolates), otros simplemente snobs y un resto que realmente tenía interés en degustar y aprender.

Llamaron mi atención esta vez algunas cepas que no son las más ofertadas, como en Casa Silva un petit verdot, Valdivieso con su cabernet franc y Casa Silva con su pinot noir. Montes, con su “Twins”, saca distinción. Un ensamblaje en igual porcentaje de malbec y cabernet sauvignon, el cual tienen esa complejidad que agrada.

Extrañé algunas viñas como Casas del Bosque, J. Bouchon, Ex Hacienda Araucano (hoy Lurton), Château Los Boldos, Corral Victoria (experta en carménère) y tantas otras, como asimismo otros valles, como Itata y Bío Bío, que cada vez ganan más terreno y tienen aciertos tan increíbles como Cavas Submarinas, que han aportado cualidades distintas a nuestros vinos, al reposarlos bajo el mar.

Les comento que los primeros días de junio, la única tienda de vinos especializada en Antofagasta, realizará una gala en un céntrico hotel. En ella por lo general se muestran viñas con creaciones de mostos más exclusivos y de menor cantidad, con la asistencia de enólogos para presentarlos. Es una buena instancia, aunque a un valor que para muchos puede no estar al alcance. Creo que estos eventos no debieran superar los doce mil pesos, pues la idea principal es dar a conocer las viñas y mostrar el producto, entusiasmando al cliente según sus cualidades, más aún considerando que su venta no es masiva, sino en tiendas determinadas…, algo que revisar ahí, para esta gala en particular.

Finalmente, no puedo dejar de invitarles a probar la opción tres (mi preferida): reunir amigos y elegir ustedes mismos los vinos a comprar (a ciegas si gustan), agregar algún “picoteo” que maride (internet les puede ayudar) y, poco o poco, ingresar en este maravilloso mundo, que agradece un poco de intimidad. Les aseguro la mejor de las veladas. Salud-os!

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